Entre Ríos, de un extremo al otro

07/12/2020 – De no dejar trabajar cuando casi no había casos de COVID-19 en la provincia, a recibir más de 50.000 vehículos con turistas «sin inconvenientes». ¿No hay término medio en Entre Ríos que siempre vamos de un extremo al otro? El COVID-19 no se fue, de hecho estamos igual o peor que los meses de julio y agosto. ¿Entonces?

Entre Ríos ha seguido al pie de la letra las instrucciones del Presidente de la Nación, estrategia para enfrentar el COVID-19 que resultó ser una de las peores del mundo, o la peor. En consecuencia, los mismos desaciertos que impactaron a nivel nacional, han repercutido en los entrerrianos.

Bajo una economía destruida, el Gobernador Gustavo Bordet busca reactivar las actividades «cueste lo que cueste» en un intento por remendar el enorme error de la cuarentena absoluta. Por supuesto, esto último es una opinión periodística.

Aunque el ingreso de turistas a nuestra provincia generará un importante movimiento económico, ¿cuál será el costo en salud? Estamos hablando de 30.000 autos provenientes de Buenos Aires, la provincia más azotada por el Coronavirus. Y otros 20000 de Santa Fe, donde la situación no está bien. Sin hisopados y sin controles exhaustivos a los turistas, Entre Ríos es un coladero de posibles infectados.

 

Incongruencia total

No estamos diciendo que se prohíba el ingreso de turistas. Tampoco hemos discutido la normalización absoluta de las actividades durante la cuarentena. No, no se pedía eso. Lo que se necesitaba era un término medio, dejar trabajar, pero con protocolos. Esto es lo mismo, pero parece que ya se olvidaron del COVID-19. Van de un extremo al otro, cometiendo el mismísimo error de hace unos meses, pero al revés.

Sinceramente, cuesta encontrar decisiones entendibles de parte de los gobiernos. Mientras los chicos no tuvieron clases durante todo el año, ahora se permitirán las colonias de vacaciones y las piletas. Pero, ¿estamos todos locos? Es una incongruencia detrás de otra.

Parece que el gobierno no aprendió nada de sus tremendos errores. De hecho, tal vez las autoridades «creen» que la llegada de la vacuna solucionará todo por más infectados que haya. Aunque la verdad es que no se sabe ni cuándo llegará ni tampoco cuál será la efectividad que tendrá en la comunidad. Así que, si la estrategia es dejar pasar todo porque llegará la vacuna algún día, estamos nuevamente condenados a ser el país más ridículo en el mundo; y por supuesto, sin perder el podio entre los peores en cantidad de muertos por millón de habitantes.