Hartos de los chorros, hoy la sociedad les hace frente
En el día de hoy, un trabajador de la estación de servicio de Zanni y Newbery, resistió un asalto a mano armada. En el forcejeo logró quitarle el revolver a uno de los delincuentes, quienes huyeron en una moto, perdiendo una mochila. Ahora la Policía está armando las pruebas e investigando.
Ayer, miércoles, un remisero de la empresa Oro Verde, fue apuntado con un revólver en calle Los Minuanes III y 620. Pese a que el chorro le robó y disparó al aire (sin impactarle) en la huida, el remisero se quedó en el lugar y logró divisar la vivienda a la que entró, pudiendo posteriormente alertar a la Policía, quien lo atrapó.
El martes, un delincuente arrebató el celular a una mujer en la zona del Club Atlético Estudiantes. Sin embargo, vecinos y gente que estaba en el lugar, persiguieron y atraparon al chorro hasta que llegó la Policía (foto del artículo).
Por supuesto, estos son algunos hechos que salieron mal para los malvivientes. Pero tenemos otros sucesos que directamente no salen a la luz en los medios. Por ejemplo, varios arrebatos diarios, «porque no son interés de noticia». O, para sumar, los hechos que no son denunciados en la comisaría porque, como ya sabemos, que en ciertos casos «quedan en denuncia y mueren así». Sin embargo, aunque cada vez hay más inseguridad, la gente cada día reacciona más a los asaltos.
¿Justicia por mano propia?
Estamos en un punto en el que, lamentablemente, sabemos que la Policía tiene las manos atadas. El agente tiene miedo de disparar, porque lo meten preso a él, por las leyes de porquería que tenemos. Y encima por un sueldo que no es justificable arriesgar la vida. Por otro lado, los policías están cansados de atrapar 20 veces al mismo malviviente y que el juez de turno lo libere.
La mayoría de la sociedad está de acuerdo con que, el policía honesto, es otra víctima de la inseguridad. Entonces, ¿qué es lo que queda? Lo que se está empezando a ver en todo el país: laburantes que se defienden por su cuenta, aunque arriesguen su vida. Sí, es verdad, es una locura arriesgarte por unos mangos o un celular. Pero, seguramente, esa persona se tuvo que romper todo para poder comprarse lo que estas basuras le sacan en segundos.
La gente está cansada de que el chorro le saque lo poco que tiene, y que encima, cobre planes sociales y se rasque todo el día chupando vino y drogándose hasta la madrugada. Por no contar las asignaciones que cobra la pareja por los hijos, situación que se cumple en un 99% de los casos.
Lamentablemente, la inseguridad no se va a detener si alguien no la detiene, llámese Gobierno, Justicia o Sociedad. Y sí, como decía el sabio de Aristóteles, «la única verdad es la realidad».