Victoria: la luz de esperanza de Raúl tras 15 años en la calle
Raúl Casimiro vivía en una localidad de Salta con su familia, cuando un día abandonó su casa, a los 18 años aproximadamente. Luego de trabajar de albañil en San Luis y en Buenos Aires, llegó a Paraná hace más de 20 años. Pero lejos de encontrar un buen futuro, se convirtió en un hombre en situación de calle de nuestra ciudad. Dormía en calle Uruguay, entre plásticos y cartones que usaba de lecho.
Las vueltas de la vida
En esas vueltas de la vida, Raúl tuvo la suerte de que Victoria lo encontrara. La joven paranaense, junto a su madre, le brindaron asistencia durante estos dos últimos años. No sólo lo ayudaron con comida, sino que le prepararon una piecita atrás de la casa donde ellas viven, para que él pudiese bañarse, afeitarse y cambiarse cuando quisiera.
La familia de Raúl
La historia dio vueltas y gracias a ello, la familia natal de Raúl en la provincia de Salta, pudo saber de él luego de tantos años cuando escuchaban la radio. En ese momento se comunicaron con un familiar que vive en la ciudad de Salta y tiene internet, ya que ellos no tienen. Así fue que este familiar, quien resulta ser sobrina de Raúl, se contactó con Victoria.
La familia había perdido contacto luego de verlo por última vez y pensaba que se encontraba en Buenos Aires haciendo su vida. Pero jamás pensó que estaba en la calle.
Reencuentro y despedida
Luego de que Ayelén, la sobrina de Raúl, se contactara con Victoria, el hermano de Raúl vino hasta Paraná a buscarlo. Fue así que se produzco el reencuentro.
El pasado viernes, Raúl se despidió de Victoria, la chica que le cambió la vida para siempre. Ahora vive junto a su familia en San Antonio de los Cobres, Salta.
Entrevista a Victoria
En una entrevista que realizó ELONCE de Paraná, Victoria contó: «Raúl hay miles. Él tuvo un golpe de suerte porque no sabemos si todos van a terminar de la misma gente. No podemos cruzar por al lado de la gente en situación de calle y decir `qué lástima, pobre´, sino que hay que empezar a involucrarnos. Hay que llevarles ropa, comida caliente ahora que se viene el invierno. Con mi mamá hicimos durante casi dos años un trabajo de hormigas de a poquito. Mucha gente se fue sumando y lo ayudaron«.
Y continuó: «Lo que más aprendí fue el poder ayudar al otro y dejar de mirarse uno al ombligo. Me di cuenta que a veces con dedicarle cinco minutos a una persona le podemos cambiar la vida. A nosotras nos pasó. Lo ayudamos en un montón de cosas pero él a mí también me ayudó un montón. Apareció en mi vida para hacerme ver un montón de cosas que antes yo no veía y valorar otras cosas. Todavía me cuesta dimensionar el cambio que tuvo en su vida… Lo abracé cuando se fue, se me partió el corazón. Cada vez que lo saludábamos él daba la mano y teníamos que decirle que nos dé un beso y un abrazo. En la Terminal nadie lo podía creer porque él solo dio un abrazo muy fraternal. Yo lloraba desconsolada, fue increíble».
Un ejemplo de persona
No tenemos el agrado de conocer personalmente a Victoria Geist, pero su historia con Raúl nos deja en claro qué persona es. Como Victoria hay muchas otras personas que ayudan a gente en situación de calle, pero en sí son pocas para lo que el mundo necesita. La solidaridad es un atributo que hoy en día escasea, por ello es bueno destacar a aquellas personas, como Victoria y su mamá, que aún encienden esa luz de esperanza en la que más lo necesitan.